biblioteca parlante

Comienza la Biblioteca Parlante.

El jueves 11 de marzo a las 18 hs es la primera actividad de la Biblioteca Parlante. La Biblioteca Parlante, es un proyecto que tiene por objetivo propender a la integración de las personas con discapacidades visual. En está reunión leeremos «Catedral» de Raymond Carver y «Poema de los dones» de Jorge Luis Borges. Las mismas serán subidas a la web de Crisálida en formato mp3 e integrarán un Cd que quedará a disposición de las personas que lo requieran.

Este proyecto es ideado y coordinado por María Belen Aguirre y funcionará en Crisálida todos los miercoles de 16 hs a 18 hs.

«Catedral» de Raymond Carver.
Bello cuento que habla sobre la relación -inicialmente traumática y prejuiciosa- de las personas que ven con las que no ven…en un triunfo maravilloso de la solidaridad.
En la prosa de Raymond Carver se advierten ecos de Anton Chejov, de Ernest Henigway o de Franz Kafka. Es un estilo sucinto, lacónico, minimalista, un realismo sucio que escarba en las intrahistorias de personajes normales en sus quehaceres cotidianos, frecuentemente marcados por el fracaso y la desilusión vital.

«Poema de los dones» – Jorge Luis Borges.

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esa alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.

Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.

Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.

¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.

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